La imagen está hecha en una única toma empleando técnicas de alta velocidad. La habitación estaba completamente a oscuras. Se usó un Photoduino, un sistema para hacer que se dispare una cámara o flash al romper barreras láser, infrarrojas, por audio o por impacto. En este caso estaba conectado a un micrófono para disparar los dos flashes Metz 70 MZ-5. El aparato estaba a su vez conectado a un disparador remoto Twin-Link. Fueron necesarias tres docenas de huevos. La toma elegida fue, por casualidad, la última. Me gusta porque se puede ver el balín completamente congelado sin movimiento ninguno gracias a la corta velocidad del destello 1/20.000 de segundo. Lo más complicado fue saber el tiempo de retardo desde que se disparaba hasta que el balín rompía el ultimo huevo -en este caso fue 0,009 milisegundos-. El tiempo podía variar por la densidad del huevo y si la entrada del disparo era un poco más alta o baja. Éramos tres personas las que intervenimos: el que usaba el Photoduino y cedía el espacio (al terminar había cascara de huevo hasta en el techo de su casa); ‘Tixet’, un experto a la escopeta, hacía los disparos completamente a oscuras; y yo a la cámara. Cuando todos estábamos preparados se apuntaba con la escopeta, se pulsaba el Photoduino y nada más apagar la luz se abría la cámara y se disparaba la escopeta.
El material empleado fue: Una cámara Canon Eos 1 Ds Mark III con un objetivo macro Canon 180 mm, dos flashes Metz MZ-5 disparados a una potencia de 1/256 en manual y el Photoduino. El disparo se realizó en modo B, la abertura de diafragma es de f/7.1 y la sensibilidad se estableció en 200 ISO.
Esta fotografía apareció en la web comolahice.com y en quesabesde.com
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